Empresas de IA contratan escritores y personas con carreras de humanidades
A pesar de los grandes y llamativos titulares, la IA generativa aún está muy lejos de crear escrituras originales y creativas.
En cierto aspecto eso es de esperar, ya que los sistemas de aprendizaje automático generalmente se “alimentan” de lo que “leen” en Internet, y remezclan lo que han procesado, muy a menudo de manera sin sentido.
Precisamente, para remediar esta situación, algunas de las empresas de inteligencia artificial más punteras de Silicon Valley están recurriendo a la contratación de poetas y escritores y personas con títulos en carreras humanidades.
Esto supone un punto irónico en un momento en que hay tanto revuelo con las asociaciones de autores y el mal uso de la inteligencia artificial, y donde algunas grandes editoriales han estado despidiendo a escritores y editores mientras, por otro lado, hacían grandes inversiones en inteligencias artificiales para diferentes usos.
El objetivo de estas contrataciones es introducir su trabajo directamente en “las fauces de los modelos de IA” para mejorar la calidad de su producción, una nueva realidad que puede suponer ser algo desilusionante para quienes intentan hacer una carrera en la literatura.
Los expertos sugieren que empresas como Scale AI y Appen, ambas contratando ya para estos roles, pueden estar tratando de diferenciarse de los competidores con sistemas más creativamente competentes, en lugar de aquellos que simplemente cuentan con las mismas fuentes para alimentar sus IA.
Además, las empresas también buscan mejorar específicamente las habilidades de sus modelos de IA en idiomas distintos del inglés. De hecho, algunas ofertas de trabajo solicitan escritores de ficción especializados en hindi o japonés.
Según Dan Brown, profesor de la Universidad de Waterloo, la primera ventaja de la empresa en este espacio será increíblemente grande, de modo que si hay países e idiomas en los que las empresas están fracasando y alguien puede entrar y hacerse con esos espacios, es una oportunidad para ellos de abarcar el mercado antes de que entren nuevos jugadores.
Anticipándose a las preocupaciones persistentes sobre que la IA reemplace la necesidad de escritores humanos, un portavoz de Scale AI ha señalado que su trabajo ha incluido -y siempre incluirá- a los humanos en el proceso, ya que es “fundamental para desarrollar una IA responsable, segura y precisa”.
Aún no está claro, no obstante, si pagar a escritores de ficción para que alimenten los modelos de IA con su prosa impulsará los lados creativos de estos algoritmos, ya que de momento, la mayoría de las IA están entrenadas para reproducir lo que aprenden, esté en la red o se lo dicte un humano.
De momento estas empresas pueden trabajar con sus propios textos, de modo que, además de forma de poseer todos los derechos de esas escrituras creativas hechas por sus escritores y humanistas contratados y así evitar demandas, sus robots tendrán otras herramientas diferentes a las de otras empresas que basen el aprendizaje en lo mismo que todas: internet y libros o textos ya publicados.