El futuro de los libros pasa por la IA y la interactividad
Imagen en Pixabay
El futuro de los libros pasa por la IA y la interactividad, o eso es lo que piensa Peter Wang, director general de la plataforma Anaconda, empresa creadora de software de visualización gráfica de datos y ahora también de inteligencia artificial.
Según Wang, los libros clásicos pronto podrían ser sustituidos por versiones dinámicas e interactivas generadas por inteligencia artificial y adaptadas a las preferencias del lector.
Llamado ‘Thunks’, este concepto hipotético deja poco espacio para la imaginación y la creatividad, lo que plantea preguntas sobre el futuro de los escritores y el mundo literario, una vez más. En este nuevo concepto, Wang propone un profundo cambio de paradigma en el enfoque tradicional de la lectura, entendida como una relación entre la creatividad del autor y la capacidad interpretativa del lector, sin estimulación sonora ni visual.
Los ‘thunks’ consistirían sin embargo en creaciones digitales generadas por IA para brindar una experiencia dinámica e interactiva. Es decir, ya no sería necesaria la imaginación para comprender el mundo de un libro. En cambio, sólo se necesitaría una muy pequeña dosis de imaginación para permitir que la IA genere la experiencia literaria de su elección.
Wung piensa que en algún momento dejaremos de publicar libros, y en su lugar vamos a publicar esos ‘thunks’, o “pepitas de pensamiento que pueden interactuar con el lector de una manera dinámica y multimedia”, según describió en X.
El tecnólogo cree que aunque todavía puede haber un modo clásico de lectura pasiva lineal, podrá generarse automáticamente dependiendo del nivel de contexto y conocimiento existente del lector o usuario.
Aunque ya hemos visto trabajos centrados en la creatividad (escritura, creación de imágenes y música, etc.) que se ven cada vez más afectados por la IA generativa, la llegada de este nuevo concepto podría provocar aún más cambios.
El modelo de los ‘thunks’ ya no contaría ni con las historias que la propia IA toma de los escritores, dedicados estos a tal labor específica o no, ya que la narración se iría creando según la interactividad y la personificación. Es decir, casi habría un infinito modo de desarrollas las historias.
Veremos si las predicciones son plausibles, lo cierto es que muchas narraciones plagadas de interactividad y muy bien desarrolladas, con gran calidad, han tenido un éxito moderado. Quizá aún no sea el momento para este tipo de historias, o sencillamente haya que llamarlas de otro modo que no sea ‘libro’.
