02 septiembre 2024

Gente leyendo

Fuente: Wikisource

En la era de las redes sociales son muchas las cuentas que se dedican a mostrar a gente leyendo. En el metro, en la playa, en bibliotecas.

Las hay particulares que, en una suerte de lo que hoy se llamaría “postureo”, muestran el amor estético a los libros de tal o cual usuario.

El caso es que la muestra gráfica de la lectura no es algo verdaderamente novedoso. En Public Domain Review, Melina Moe y Victoria Nebolsin recopilan una serie de postales de principios del siglo XX en las que se muestra en diferentes situaciones, escenarios y posturas a personas leyendo en poses claramente articuladas para tales escenas en torno a un libro.

Además, en algunas de las postales los textos agudizan la composición, “conectando elementos de la escena con la posición imaginada del fotógrafo y la cámara”. Asimismo, en algunas fotografías, los libros sirven como personajes adicionales, convirtiendo estos retratos en dobles retratos.

Según se cuenta en  el artículo, las postales fueron autorizadas por primera vez por el Departamento Postal de los Estados Unidos en la década de 1860. También llamadas “Private Mailing Cards”, las primeras postales no tenían imágenes, solo un mensaje en un lado y una dirección en el otro.

A finales del siglo diecinueve, las postales eran todavía tan nuevas que incluían instrucciones sobre cómo usarlas.  Ya en 1908, más de 667 millones de postales se enviaron por correo en los Estados Unidos. La moda en realidad se extendió hacia el oeste desde Europa a los Estados Unidos. Las tarjetas en gran parte europeas fueron imitadas rápidamente por las impresoras de Estados Unidos.

La postal se convirtió así en un signo de modernidad, como ahora lo han sido las redes sociales. Los turistas, ansiosos por enviar pruebas de sus viajes, fueron beneficiarios particulares de estas tarjetas postales, como también lo son hoy los muy activos usuarios de RRSS.

Mientras que algunas postales tempranas incluían anuncios de libros y editoriales, la mayoría de las imágenes para postales impresas lo eran a partir de negativos fotográficos y pagadas por personas comunes en estudios de fotografía. Es decir, también fue el paso de lo particular a lo corporativo.

Los libros se habían incluido desde hacía mucho tiempo en el arte visual, como se puede ver en muchos cuadros en los que alguna persona ilustre, o que lo quiere parecer, aparece con un libro entre sus manos o una biblioteca a sus espaldas.

Según el artículo la diferencia entre las postales de retratos de las pinturas anteriores con personas que leen es que mientras que algunas pinturas de lectores habrían sido encargadas por sus creadores, casi todas las postales de retratos eran un acto de auto expresión.

Como sea, la afición demostrarse entre libros no es nueva, lo novedoso sería el medio y la capacidad de pasar de lo privado a lo público.

Leave a Reply