27 julio 2006

La emergencia de las multitudes inteligentes

UNO

Martes por la tarde en Barcelona. Mucho movimiento en el Centro Comercial L´Illa. Me acerco al auditorio de la FNAC. Mahatma Gandhi me mira desde la exposición de fotos,  con ojos profundos detrás de sus redondas gafas. Todavía no hay mucha gente en el recinto, pero me siento en una de las sillas del fondo. Va llegando un público variopinto: desde mujeres mayores con fuerte aroma a perfume  a chicos jóvenes con aspecto de pasar muchas horas frente al ordenador. Me llama la atención una señora extranjera, vestida con una especie de  kimono negro con flores, que se sienta justo delante de mí. En una mano lleva un mapa de la ciudad y enseguida comienza a hojear una guía en inglés sobre Gaudí y Barcelona.

Entonces, entra un grupo de personas hablando en inglés. Entre ellos, un señor con sombrero de ala ancha, zapatos de colores, una chaqueta a cuadros a juego con su estridente camisa y un cinturón llamativo. Señoras y señores, Howard Rheingold está en Barcelona. Vino invitado por el festival de arte y tecnología Artfutura. Pero también, como dirá enseguida, "porque hace años que mi mujer y yo queríamos conocer esta ciudad". La señora del kimono lo mira y sonríe, mientras acomoda en la silla de al lado el sombrero de su marido.

Howard Rheingold puede ser considerado uno de los autores más polémicos sobre las relaciones entre las nuevas tecnologías y la sociedad. Pilar fundamental de Hotwired (www.hotwired.com)  -una de las primeras publicaciones electrónicas, que tiene su versión en papel, la impecable Wired, revista sobre cultura y nuevas tecnologías-, de la que se alejó para fundar la interactiva Electric minds (http://www.abbedon.com/electricminds/html

/home.html), ha publicado varios libros sobre estas temáticas. Acaba de editarse en España Multitudes Inteligentes (Gedisa), cuyo título original, Smart Mobs, en palabras del autor, "infunde mucho más miedo. La palabra mob se refiere a un grupo de gente que puede causar disturbios, incluso violentos".

Hay otros participantes en este panel: la representante de la editorial Gedisa, que oficiará de traductora, Roberta Bosco  (periodista especializada en Arte Digital) y el subdirector de Artfutura, José Luis de Vicente. Hablan antes que el invitado, comentan diferentes temas relacionados con la cultura digital, pero está claro que también ellos esperan oír a Rheingold.

Este autor se autodefine como un "observador tecnosocial" y es cierto: su libro -del que hablará a lo largo de esta charla-  trata de movimientos sociales espontáneamente organizados a partir, sobre todo, de los mensajes de texto de los teléfonos móviles.

Lo primero que dice ya toma por sorpresa: el teléfono móvil es una metáfora del salto de la red (internet) al mundo físico, al espacio social en las calles, y crea estrategias y patrones que permiten generar acciones colectivas. ¿A qué se refiere? Enseguida ofrece una serie de ejemplos muy claros: "la epidemia del SARS en China intentó ser ocultada por el gobierno; sin embargo, 125 millones de mensajes de texto fueron enviados en 3 días", lo que según Rheingold, no sólo alertó al mundo sobre este problema, sino que ayudó a curar esta epidemia. Nos dice también que lo primero que le llamó la atención fue el fenómeno en Filipinas en 1999, en donde "la gente usó la tecnología del teléfono móvil para organizar procesos de construcción política", y  logró -a través de manifestaciones públicas- la caída del presidente Estrada. También comenta que recibió correos electrónicos que le informaban de "algo similar que sucedió en España después del 11 de marzo de este año", las convocatorias de movilizaciones en contra del horror, a través de sms.

Su reflexión sobre la tecnología dejaría mudos a muchos de los que se guían por el sentido común: "no se trata de cómo una máquina cambia automáticamente nuestras vidas, sino que es un conjunto de herramientas que las personas pueden usar para lo bueno o lo malo". Su voz es agradable, su inglés es claro. Sin duda es una persona a la que le gusta hablar, escuchar e intercambiar ideas.

La charla continúa un rato más, luego del cual el autor se ofrece a firmar los ejemplares de su nuevo libro, en su reciente edición en español.

DOS: Realidad Aumentada (Artfutura 2004)

Es jueves. Estoy en uno de los puntos más altos de Barcelona, el Mercat de Les Flors, sobre el Montjuïc. Aquí el ambiente es definitivamente otro: jóvenes españoles y extranjeros que conversan animadamente, música de fondo,  consolas Play Station con cámaras Eye Toy en las que los participantes se asombran y hasta deslumbran cuando descubren que su propia imagen se ve en las pantallas, y que no hacen falta más que los propios movimientos del cuerpo para jugar (pueden tocar la guitarra, pegarle al chico malo, etc., etc., etc…)

Subo la escalera circular que me lleva a la zona de acreditaciones de prensa, y lo veo: Howard está caminando entre los jóvenes, mirando todo, integrado en lo que pasa alrededor. Tiene la misma chaqueta y zapatos, pero debe haber dejado el sombrero en casa. Se apoya, gustoso, en la barandilla de la escalera para que le hagan fotos. Con esa semisonrisa juguetona debajo de sus bigotes, disfruta del momento. De eso no hay ninguna duda.

Su charla se ha retrasado un poco, pero no parece importarle. Pasados unos minutos baja a la sala principal, donde Rebecca Allen del Media Lab Europe irlandés está terminando su conferencia sobre "Espacios de Investigación Digital ". La puesta en escena es impresionante: frente al auditorio escalonado, para que todos puedan ver y escuchar lo que está sucediendo, tres pantallas gigantes enmarcan la tarima desde la que hablará Rheingold, bajo el título de "Multitudes Inteligentes. El poder de las masas móviles". Se acerca a la tarima, elige un micrófono de mano antes que uno más moderno, de esos pequeños que se ajustan a la cabeza y se sitúan al lado de la boca, y se dispone a hablar. Una vez más, comenta que desde hacía tiempo quería conocer Barcelona. Los temas son similares a los del martes, pero las preguntas -formuladas en su mayoría en inglés- son más específicas: este público sabe de qué habla Rheingold y disfruta escuchándolo e intercambiando ideas con él.

Todos entienden y comparten la comparación que realiza entre las grandes innovaciones tecnológicas de las últimas tres décadas: "En los ochenta, el ordenador personal fue una herramienta que cambió nuestras vidas" (y causa la hilaridad general al recordar la fortuna que pagó por su primer PC); a principios de los noventa, "internet tenía pocos usuarios -ingenieros, técnicos- pero luego se extendió"; y "en la actualidad, para lo mejor y para lo peor, el poder de la tecnología se libera del escritorio y se lleva en el bolsillo". Asegura que se trata de "un nuevo medio, este teléfono móvil que integra los servicios de un teléfono, de internet, de un ordenador personal". Si bien nos encontramos ante los primeros pasos de este nuevo medio, la realidad nos indica que "la gente lo utiliza para acciones colectivas, sociales, culturales e incluso económicas". Todo un desafío que tiene -por supuesto- sus aspectos oscuros: mucho depende del uso que se le dé a la tecnología; está claro que también "puede haber movilizaciones autoritarias y fascistas". Por otro lado, están los intereses de las grandes empresas de telecomunicaciones y medios tradicionales: "a ninguno de ellos le interesa que haya miles de radios transmitiendo por internet". Aquí entran en juego los sistemas de vigilancia, rastreo y control. Pero Rheingold tiene una respuesta que, al menos por ahora, alienta bastante: "escribí el libro porque tenemos una oportunidad para pensar críticamente una tecnología que cambiará el mundo desde prácticamente su inicio (a diferencia de lo que sucedió con los ordenadores e internet)". Oportunidad para no desaprovechar, entonces. Aunque además sigamos enviando sms para quedar con los amigos…

 Texto: Gabriela Pedranti, corresponsal de la Revista Dosdoce en Cataluña.

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