Paulino y la joven muerte
Paulino es el limpiabotas titular del café de un viejo teatro de Madrid. Viudo de la mujer que tanto amó y solo en el mundo, intenta sobrevivir como puede y le dejan la miseria de su vida y la obsesión de una tragedia de la que fue testigo cuando era niño y que le ha impedido dormir tranquilo desde entonces. Su situación empeora aún más cuando es jubilado por el teatro, y es cuando, muy a su pesar y en contra de sus principios, decide a sus 75 años traficar con droga para redondear su mísera pensión. Se introduce así en un ambiente al que no pertenece, de mafiosos, prostitutas y crímenes. Será un antiguo cliente suyo, de cuando limpiaba el calzado, periodista jubilado, el único cabo al que pueda agarrarse en sus momentos de apuro, y con quien compartirá, sin saberlo, el lugar que sería el origen de todas sus desventuras, un viejo molino de agua en un pueblecito de la provincia de Soria donde sólo Paulino sabe que se oculta una fosa común, recuerdo de la guerra civil española del que únicamente queda un testigo vivo.
Miguel Veyrat nos ofrece el retrato de un superviviente de la guerra, tan marcado por aquellos sucesos que probablemente ni él mismo llega a ser consciente de que consiguió resistir y continuar viviendo tras aquella experiencia. Un personaje humano y entrañable que conoció a la muerte siendo un niño y tuvo que esperar toda una vida para volver a encontrarse con ella, cerrar el círculo y dar sentido a su paso por el mundo.