07 agosto 2006

Los heraldos de acero. La propaganda de guerra y sus medios

No hay duda de que los medios de comunicación dirigen cada día más la agenda política, social y cultural de España. Básicamente nos dictan lo que debemos leer, cómo debemos vestir, dónde tenemos que ir de vacaciones, qué películas deberíamos ver e incluso en algunos medios se atreven a decirnos cómo deberíamos votar en las elecciones. La única manera de no caer en la telaraña de mentiras y medias verdades con que la propaganda nos envuelve es la actitud crítica.  Este libro nos ofrece ocho excelentes artículos de opinión de Alejandro Pizarroso, Adrían Huici, Antonio Cascales, Juan Rey Fuentes, Juan Carlos Rodríguez, Manuel Garrido, Francisco Sierra Caballero e Ingrid Schulze. Los distintos capítulos de este libro buscan desvelar los mecanismos, las praxis y  los efectos de la propaganda de guerra y de los medios que la difunden.

La gran mayoría de los ciudadanos no se dan ni cuenta de este sutil proceso de influencia que ejercen todos los medios en la toma diaria de nuestras decisiones, sobre todo en aquellas que conllevan una decisión de voto, opinión o de consumo. Algunas veces, el intento de manipulación es muy obvio o directo, pero en la mayoría de las ocasiones está tan encubierto en la información presentada que al final llegamos a pensar que son nuestras propias ideas y nuestras propias decisiones.

Sin lugar a dudas, los medios de comunicación, y muy particularmente la televisión, han conquistado casi todos los espacios de información y supuesta crítica. Varios líderes de opinión señalan cómo se está fabricando un proceso de propaganda silenciosa que amenaza el pluralismo ideológico y la creatividad innovadora y que «se propone domesticar nuestro pensamiento, influir en los corazones y descerebrar nuestras mentes». Todos sabemos que el mero hecho de relatar cualquier información conlleva una interpretación de los hechos, según la persona que lo cuente. Podemos aceptar que al reproducir la información, la interpretación pueda ser de una manera u otra, pero es que últimamente estamos notando una radicalización ideológica tan extrema que ya muchas personas empiezan a hablar de una pérdida de credibilidad de los medios.

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