03 abril 2008

Periodismo cultural

Es bueno encontrarse con los colegas, es necesario y hasta produce frutos – cual árbol de la vida-, al menos eso espero de las recientes jornadas de Fomento de la Lectura y Medios de Comunicación, organizadas por el Ministerio  de Cultura y el Gobierno de Aragón.

El inicio fue un tanto agitado, con ese espacio “reserva” al que nos delegó González Urbaneja: el lugar en el que él parece situar a la mayoría de periodistas españoles y occidentales. El ya ex presidente de la FAPE (Federación de Asociaciones de Periodistas de España) no habló de periodismo cultural, no y lo reconoció él mismo. Seguramente, para próximas ocasiones habrá teloneros más activos en este ámbito, que sintonicen con el resto de ponentes que, ellos sí, en los diferentes debates nos devolvieron a la vida (vida activa) y a las ganas de luchar.

La transición cultural – de la que personalmente hablé- parece imparable y posiblemente estas jornadas favorezcan cierta transición periodística que considero necesaria para que la cultural sea un hecho.  Una transición que interesará más a unos que a otros –siempre hay quien prefiere mirarse el ombligo y pensar que lo suyo es lo más bonito del mundo- pero como en todo primarán quienes tengan inquietudes y quienes se empapen de las informaciones y sensaciones de los otros.  Entre estos, el Coordinador de Filandón – el suplemento literario de Diario de León-, Alfonso García, quien lanzó públicamente, y entre otras, la propuesta más significativa que ya bullía en conversaciones aquí y allá: la creación de una asociación de periodismo cultural.

A cualquier periodista cultural le puede interesar unir esfuerzos, a cualquier periodista cultural independiente, sobre todo en un sector como el nuestro tan subyugado a los intereses económicos, sean editoriales o mediáticos. Y es que – no olvidemos- hay riesgo de que se deslegitime una propuesta tan necesaria. El asociacionismo periodístico nunca ha sido bien visto por los grandes grupos. En estas jornadas volví a escuchar de nuevo – entre plato y plato- a un representante de un gran medio de comunicación defendiendo la ética de la profesión como algo propio, de su medio. No necesitan de nadie más y si acaso para que les sigan sin rechistar. Que miedo me siguen dando esas consignas de la dirección frente a las necesarias consideraciones profesionales. Cómo sigue oyéndose la voz de los poderosos.

Imagínense que en un gran hospital pudiera hacerse “éticamente” lo que viniera en gana. Independientemente de ciertos casos (las excepciones confirman la regla), la norma médica tiene una raíz común. En nuestro caso – que no hablamos de vidas, o quizá sí para los que no pueden vivir sin cultura- la raíz anda un poco maltrecha y habrá que asegurarla, no vaya a ser que hasta los gigantes acaben cayendo de sus pies de barro.

Texto: Nieves Martín Díaz, responsable del programa Planeta de los Libros de Radio Círculo perteneciente al Círculo de Bellas Artes de Madrid.

Artículos relacionados con este tema:

Leave a Reply