04 abril 2013

Wearable Computing o las tecnologías “ponibles»

Las ya famosas Project Glass de Google son sólo la punta del iceberg de toda clase de tecnología que se está creando para llevar puesta encima (Wearable Computing).

Se trata de dispositivos portátiles que ya son conocidos por su aplicación en campos como el del deporte o la salud, pero que pronto se extenderán a todos los niveles y sectores, incluido el mundo de la cultura.

En GigaOM han elaborado un informe en el que señalan que en 2017 se podría alcanzar la cifra de los 170 millones de dispositivos de esta naturaleza que pueden ser en forma de relojes, gafas, lentes de contacto, tejidos con  microelectrónica incorporada, pantallas pequeñas, anillos y pulseras, audífonos, tarjetas inteligentes, ordenadores de muñeca e incluso tatuajes inteligentes.

El avance en el estudio de las baterías y sensores está llevando esta tecnología a niveles impensables hace sólo unos años. La capacidad de monitorización permiten resultados y conocimientos precisos en campos como la salud y el deporte: tener datos de desgaste físico, niveles de glucosa, incluso prevenir enfermedades. Otras tecnologías basadas en el tacto pueden conducir a perfeccionar terapias emocionales con niños y adultos, es el caso del pañuelo Tap-Tap que se describe en el informe. Ya se está trabajando con ropa inteligente que detecta emociones y estados de ánimo.

Las aplicaciones en el sector cultural van desde las gafas con subtítulos y audio, con origen en el desarrollo de herramientas pensadas para personas con deficiencias auditivas, hasta audífonos con sensores para utilizar en museos y exposiciones. Es el caso de una camisa que lee las reacciones del espectador ante una película, como interpretando lo que siente determinado personaje.

En el campo de la música, y  en un futuro no muy lejano, al asistir  a un concierto, estas tecnologías detectarán nuestro estado de ánimo y cambios sensoriales (más alegre, más triste, etc.) al escuchar cierto tipo de música. Todo ello quedará registrado y nos recomendará nuevas sesiones de música basándose en nuestros anteriores comportamientos.

También lo podremos ver en el mundo del libro: las sensaciones que tenemos al caminar por una mesa de novedades de una librería, qué portadas de libros tocamos, que imágenes, nos atraen, que textos generan cierto tipo de sensaciones, etc. Como en una exposición.

Estas situaciones sensoriales traídas de la mano de la más novísima tecnología no es más ciencia ficción, es una realidad que nos puede aportar muchas y variadas experiencias nuevas mientras disfrutamos de diferentes hechos y eventos culturales.

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