La edición como pedagogía en las bibliotecas
Son muchas las veces que se pone en relación la labor editorial con la de las bibliotecas, sobre todo a raíz de la llegada de las nuevas tecnologías digitales.
Algunas bibliotecas han incorporado servicios de autoedición, y otras muchas gestionan las publicaciones académicas (cuando hablamos de bibliotecas universitarias o científicas, por ejemplo).
La Biblioteca de la Universidad de Michigan le ha dado un enfoque pedagógico a esta labor de edición y los resultados han sido más que satisfactorios. Una labor pedagógica que sale del marco propio de formación de bibliotecarios para llegar a los propios estudiantes, en este caso.
En el ejemplo de la universidad arriba citada, los estudiantes aprendieron labores de edición que abarcaban todo los campos, desde la redacción y corrección, pasando por la gestión de derechos de autor, hasta la edición online de una revista y de ejemplares impresos. Un aprendizaje como en la vida de real, que incluye plazos y fases de trabajo propios del trabajo editorial.
La ventaja de esta conexión entre la edición y la pedagogía a través de la biblioteca, sus servicios y sus herramientas, no aprender a trabajar como en la vida real, de manera colaborativa, sino también el valor que los mismo estudiantes pueden aportar y, por tanto, sentir que su aprendizaje se extiende más allá de sus resultados académicos.
Si, además, durante este proceso educativo y de trabajo existe una labor de asesoramiento y supervisión que les hagan conocer sus habilidades y la función de cada uno en el proceso editorial, el aprendizaje será mucho más completo.
Si a esto se le suman recompensas que motiven su participación, los resultados serán óptimos.