Inteligencia artificial para conocer la respuesta emocional de los espectadores
La inteligencia artificial aplicada contenidos culturales suele encontrarse en sistemas predictivos (algoritmos que se anticipan a lo que el usuario que ver o leer) o en sistemas ya creativos, donde tal inteligencia artificial participa de la creación de contenido, como libros o guiones, según vimos hace unos días con la tecnología de Botnik Studios.
En los últimos tiempos se habla bastante más de los algoritmos creativos, dado que llaman más la atención en cuanto a su capacidad para alcanzar el poder creativo de los humanos.
Sin embargo, los algoritmos de análisis y predicción siguen su camino cada vez más inteligentes para conocer –también en el campo de los contenidos culturales- qué es lo que puede hacer mejor una película, por ejemplo, incluso condicionando las emociones de los espectadores.
Nos referimos en concreto ahora a un programa creado por los investigadores del MIT Media Lab cuya tecnología de inteligencia artificial podría hacer que los espectadores tengan sensaciones más intensas mientras ven una película.
Se trata de un algoritmo que puede predecir qué partes de una película generarán las mejores respuestas emocionales en las audiencias, más allá de otros programas similares basados en el reconocimiento facial.
Para conseguir estos resultados, el equipo del MIT examinó las percepciones neuronales de miles de personas que vieron películas, vídeos y programas de televisión online. Emparejaron sus reacciones a una red neuronal que adivinó qué partes de cada contenido provocarían la mayor respuesta emocional en los humanos.
Pasado el tiempo, la red neuronal ha aprendido qué partes recreaban las emociones humanas con más precisión, de modo que ahora puede usarse para ayudar a los cineastas a generar la respuesta emocional deseada en sus películas, sobre todo en la parte de edición y montaje, pero también, si se cuenta con esta inteligencia artificial, en el mismo momento de crear las historias.
Quizá este tipo de algoritmo se pueda extender a otros campos de la creación, como la escritura o la música.