Dispositivo de escucha de contenidos audio para personas mayores
Los mismos responsables de la plataforma de audiolibros para librerías independientes en Francia, Prose, acaban de presentar un dispositivo para escuchar contenidos en audio.
Hemos visto como han proliferado este tipo de aparatos, sobre todo dedicados al público infantil. En este caso, por el contrario, el dispositivo -que lleva el mismo nombre, Prose- ha sido desarrollado pensando en las personas mayores, aisladas, y también a personas con alguna discapacidad visual, motora o cognitiva.
El reproductor ofrece acceso a un catálogo de hasta 20.000 títulos en francés. Los libros se pueden elegir tanto a través de la tienda online, o por orden de compra vía email. Incluso por teléfono y correo para los menos tecnófilos, ya que está pensado para personas mayores, como decimos.
De hecho, el dispositivo está diseñado para ser muy fácil de usar, con un mando a distancia que permite conectarse con el placer de escuchar historias sin barreras tecnológicas.
Prose ofrece una suscripción que incluye el envío periódico de un catálogo en papel para hacer los pedidos. Se pueden almacenar y acceder a hasta 30 audiolibros simultáneamente.
Una vez comprados son descargados automáticamente por el lector. Dependiendo del plan elegido, algunas suscripciones incluyen la selección de al menos un libro por mes. De lo contrario, la compra por unidad sigue siendo una opción.
En colaboración con una red de 200 librerías independientes en Francia y Bélgica, Prose tiene como objetivo hacer que sus lectores estén disponibles en las bibliotecas ya en 2025. También quieren llevarlo a residencias para mayores.
Al estar pensado para este tipo de audiencia, el enfoque y la adaptabilidad han sido distintos al de los soportes para niños. Según una encuesta interna de la compañía, casi un tercio de los encuestados ven este lector como un remedio para la soledad.
Uno de cada cinco franceses siente aislamiento social y 300.000 personas mayores de 60 años nunca o muy raramente se encuentran con otras personas. Además, el 31% de los mayores de 60 años nunca usarían Internet, lo que hace que este dispositivo sea aún más relevante y ejemplar.