Las editoriales apuestan por los dispositivos de escucha de contenidos audio infantiles
La categoría infantil es una de las grandes apuestas a futuro de la industria del libro en formato audio. Eso adquiere todo el sentido cuando vemos que desde hace algo más un año ha crecido la oferta y demanda de contenidos en formato audio infantil. Algo que, a su vez, se ha traducido en mayores expectativas de crecimiento de este tipo de contenidos para el público más pequeño.
Así, según el reciente informe “Audiobook Global Growth Report”, publicado por la Feria del Libro de Frankfurt y Dosdoce, el consumo de contenidos infantiles en formato audio representa actualmente alrededor del 3% del total de las escuchas en los mercados anglosajones.
Por ejemplo en Alemania, los contenidos infantiles y juveniles representan cerca del 45% de los ingresos derivados de la venta de audiolibros, mientras que en otros mercados como el español o el portugués, estos contenidos ni alcanzan el ranking de las top 5 categorías más escuchadas.
No obstante, varias de las editoriales proyectan un incremento del 30% en el consumo de los mismos a lo largo de los próximos 5 años debido principalmente por la proliferación de dispositivos de escucha fabricados únicamente para escuchar contenidos infantiles como Yoto, Storybutton, FABA, entre otros, en los diferentes mercados europeos. La comercialización de estos dispositivos facilita a los niños el acceso a los audiolibros de una forma sencilla, amable y entretenida.
Hasta la fecha la comercialización de este tipo de aparatos estaba en manos de los fabricantes ajenos al sector editorial, pero en los últimos meses hemos visto también la entrada de nuevos dispositivos gestionados directamente por entidades del mundo del libro con el objetivo de crear nuevos canales de venta de sus contenidos infantiles.
Una de las primeras editoriales en aventurarse en esta categoría es Bayard Jeunesse que acaba de lanzar su propio dispositivo de escucha de contenidos infantiles en Francia, Mon Cube à Histories y que próximamente añadirá más idiomas a este proyecto como el español e inglés.
Se trata de dispositivo para oyentes de 3 a 7 años. Cada cubo ofrece entre 45 minutos y 1 hora y 25 minutos de historias escritas por autores de la editorial, contadas por actores y enriquecidas con efectos sonoros inmersivos.
No es el único proyecto de este tipo en el país vecino. De hecho, una de sus precursores fue el Lunii Story Factory, un soporte en forma de caja que hace las veces de cuentacuentos, desarrollado por un fabricante de juguetes. Pero la competencia está siendo realmente llamativa en este entorno, también por parte de las editoriales, como avanzábamos.
Según Frédérique Tutt, analista mundial de juguetes en Circana, sociedad de investigación especializada en el consumo, este tipo de soportes suponen “una nueva categoría de juguetes que se ha consolidado, en muy poco tiempo, como un producto clásico”. Sólo en 2022 en Francia se vendieron más 800.000, y en el caso de Lunii se alanzaron las 250.000 unidades vendidas en 2022 (1,6 millones desde su lanzamiento en 2016).
Tutt señala que “la tasa de penetración es ahora muy alta y el mercado se estima en 30 millones de euros, con un crecimiento del 48% en tres años a finales de mayo (de 2023).”
En Alemania también buscan su propio espacio con aparatos similares y allí ya cuentan con el fabricante Tonies y su Toniebox. En este caso las historias las narran pequeñas figuras, muchas de ellas con licencia (Disney, Paw Patrol, Babar, Peppa Pig, etc.) que deben colocarse encima del soporte (similar al español FABA), también en forma de caja, para escuchar los cuentos. En Alemania se ha convertido en la marca más vendida en el mercado de juguetes.
Su potencial es enorme. Eso sí, una vez comprada la Toniebox (99,95 euros), hay que pagar 16,99 euros por cada figura. Un peculiar modelo de pago ya actualización que hace rentable la propuesta.
De hecho, la media por niño suele ser de 20 figuras, muchas de ellas adaptadas a otros mercados, como el francés, donde destacan personajes de la cultura francesa como el Pequeño Nicolás, Astérix o los Tres Mosqueteros.
Este tipo de dispositivos, pequeños objetos que actúan como juguetes o piezas de entretenimiento, son también ya muy populares en los mercados anglosajones donde los padres y las escuelas los utilizan para crear un hábito de escucha de historias infantiles sin la distracción de las pantallas. Los niños asocian el dispositivo al hecho de prestar atención a una buena historia, incrementando así sus niveles de comprensión y entretenimiento.
La encuesta sobre el perfil del oyente de audiolibros, que realiza anualmente Edison Research para la APA, indica que un 53% de los oyentes de audiolibros con hijos han afirmado que escuchan contenidos infantiles con sus hijos. El principal motivo de optar por la escucha en familia de contenidos infantiles se deriva de que el 77 % de estos padres señalaron como una ventaja importante, que el formato les ofrece a los pequeños una disminución del tiempo frente a las pantallas.
Por tanto, podemos suponer al igual que ha sucedido en los mercados anglosajones, así como en Alemania y en los países nórdicos, la irrupción próximamente de este tipo de dispositivos en los mercados en español incrementará el consumo de contenidos infantiles en formato audio, ya sean audiolibros, podcasts o audioseries.
Sobre todo, si son las editoriales las que toman la iniciativa.