Claves de la “curación” digital
Sí, seguimos sin encontrar la palabra propicia para curation y tenemos que hacer uso de un barbarismo como “curación”.
Pero es que esta labor de gestionar, seleccionar, comisariar el contenido –lo que se denomina content curator- está adquiriendo un nuevo protagonismo y puesta en valor, ya que este trabajo y metodología se extiende más allá de las fronteras del marketing, como señala Michael Bhaskar en su último libro, para alcanzar otros sectores del ámbito digital.
Robin Good, conocedor y estudioso de esta materia, señala en un extenso artículo algunos de los aspectos clave de la “curación” de contenidos así como las habilidades necesarias para una metodología de trabajo que puede muy bien servir para poner en perspectiva este trabajo y fijarse en posibles extrapolaciones donde también haya que hacer una labor similar de búsqueda, filtrado, verificación y recomendación, por simplificar mucho. Son 14 pasos básicos desde los que partir.
- Búsqueda: tanto el gestor de contenidos, como un editor, comisario de arte, etc. tiene que comenzar buscando aquella información, contenido, libro que desea exponer al público. Internet permite muchas herramientas para facilitar estos procesos.
- Monitorizar: una vez que se sabe qué y dónde se quiere buscar de un área o tema específico, hay que agregar y analizar las fuentes favoritas. El factor humano y el digital también se unen en esta labor.
- Acopio: separar en un bloque aquello que se considera relevante para un futuro uso, análisis y lectura, de otros contenidos de menor interés o calidad.
- Verificación: una lectura a fondo, comprobación de las credenciales del autor, referencias varias, imágenes y vídeos, fuentes originales, links, todo debe ser validado antes de ser expuesto al público.
- Guardar: tras la verificación viene preservar el contenido original para futuras referencias o consultas: favoritos, pdf, herramientas tipo Instapaper.
- Añadir valor: un punto de vista, opinión, comentario o enfoque diferente que se le quiera comunicar al emisor del contenido. El por qué se lo queremos hacer ver, leer, ver.
- Si la curación viene dada por la necesidad de filtrar la gran cantidad de información a la que estamos expuestos, la capacidad de resumir es de suma importancia.
- Personalización: el toque propio, que va del título (lo que incluye nociones SEO si pensamos en buscadores) a la imagen del contenido. De la imagen o vídeo que acompaña un post o noticia a la cubierta de un libro.
- Edición: la presentación y edición para que el contenido sea legible.
- Atribución: la mención de las fuentes originales, no sólo por el reconocimiento, sino también como seña propia para hacer ver el valor añadido.
- Verificación: repasar el texto, los links, la calidad de la imagen, las notas, etc. Como en lo haría un editor antes de publicar un libro con la ayuda de los correctores.
- Publicación: ya sólo queda compartir el contenido que queremos dar a conocer. Elegir las fechas o el horario, según el caso, también forma parte de la labor, así como compartir en redes sociales en el momento en que se sepa que va a llegar a mayores audiencias.
- Actualizar: incluir información adicional, correcciones, novedades, links. Una labor que para según qué tipo de género también es posible al hablar de editores que editen, sobre todo, en digital.
La labor de seleccionar, así como de recomendar, son gestiones en las que el factor humano prevalece en muchos casos sobre el factor digital. La unión de ambos es lo que, tanto a nivel de descubrimiento de contenidos como de servicio y desde la perspectiva del usuario, puede hacer que los resultados sean mejores.
Mientras la inteligencia artificial crece a un nivel galopante, tomar decisiones, decir sí o no –ambas decisiones importantes para cualquier gestor de contenidos, como expuso el propio Bashkar en las pasadas jornadas ‘El autor en el nuevo mundo de la edición’ en Bilbao- todavía sigue siendo parte fundamental del trabajo humano.
Hola: creo que la palabra podría ser «curaduría», que es bastante fea también…pero sirve. 🙂