La inclusión de los ebooks de autores independientes en las bibliotecas
Las bibliotecas se están convirtiendo en espacios físicos y virtuales que ofrecen sus servicios mirando a todas las transformaciones que están sucediendo en el mundo del libro y que tiene implicaciones para su labor.
Como si estuvieran mirando el pulso de lo que sucede continuamente, se han ido –y van- adaptando a los cambios que les rodean con una actitud ejemplar. La tecnificación, la digitalización, los préstamos, la comunicación, no hay área en el que no estén dispuestos a ponerse al día.
Del mismo modo que han entendido la necesidad de prestar libros digitales a sus usuarios, cada vez más tienen presente la necesidad de incluir en sus catálogos libros de autores independientes o de autoedición dada su presencia generalizada y demanda por parte de los lectores. La incorporación de este tipo de libros puede ser otro valor a tener en cuenta por parte de los usuarios a la hora de acudir a una biblioteca o hacer uso de sus servicios.
Dado que la inmensa mayoría de estos autores se publican en digital, también puede ser un espaldarazo para potenciar este formato que cuenta entre las bibliotecas con una creciente demanda. Dado que en muchas ocasiones las novedades editoriales de las grandes editoriales son las que más dificultades dan a la hora de prestar, las que mayores restricciones encuentran por parte de los usuarios, quizá sea el momento de explotar la cantera de los autores independientes, que no están sujetos a tales restricciones.
Muchos de estos autores ya cuentan con el apoyo incondicional de los lectores. Al margen de calidades, la biblioteca está para ofrecer un servicio en virtud de una demanda, y no tanto para la difícil tarea de juzgar los gustos diversos de los usuarios. Además, ya hay suficientes ejemplos de autores que se autopublican que han contado después con el apoyo de editoriales tradicionales.
Según vimos precisamente a propósito de la llegada de los libros de autoedición a las librerías, la venta de ebooks de autores autopublicados ha pasado del 5% en 2012 a más del 12% en 2015, mientras que la cuota de mercado digital de las 5 grandes editoriales norteamericanas no para de decrecer año tras año. De modo que no hay razones para frenar la entrada de libros de autores indies en las bibliotecas, suponiendo, además, un menor costo para estas.
No debería suponer un desafío, si no un paso más dentro de los servicios posibles de las bibliotecas, cada vez más pendientes de las tendencias en el mercado del libro en cuanto a lo que afecta a los lectores y, por tanto, potenciales usuarios.