03 mayo 2021

Impacto de la pandemia en el mundo del libro de papel

Group of people creating books, en Freepik.

Un artículo de hace unos  días en el New York Times dibuja el impacto que ha tenido la pandemia en el mundo del libro impreso.

Un panorama que en gran parte ya aventurábamos hace unos meses a raíz de la pandemia.

Gracias a los confinamientos los libros resultaron ser una forma ideal de entretenimiento en los hogares.

Como resultado, las ventas han crecido, pero sin embargo lo han hecho de forma muy desigual. Del mismo modo, no todos los autores y vendedores han salido igual de favorecidos.

Los cambios de hábitos, como la búsqueda y compra online durante los meses de cuarentena, hacen dudar a los editores sobre el futuro del negocio si tales hábitos siguen vigentes en el futuro.

La pandemia ha modificado la forma en que los lectores descubren y compran libros. Para comenzar, los autores más conocidos han sido los que más han vendido. Por tanto, se ha visto una gran concentración de ventas en unos pocos autores.

Aunque es una tendencia común esta vez ha sido mucho la diferencia. Tanta como para que muchas novedades y autores desconocidos hayan pasado desapercibidos, como ya auguramos en el artículo arriba enlazado.

Por ejemplo, en Chronicle Books han sido los libros de fondo los que le san salvado. Una tendencia igualmente prevista aquí.

En general, a medida que más lectores compraban libros online, los títulos más antiguos representaron dos tercios de todas las ventas de libros en 2020, lo que aceleró un cambio que anteriormente había sido más gradual. Una década antes, los títulos de fondo representaban alrededor de la mitad de todas las ventas.

Cómo y dónde la gente compra libros también ha cambiado mucho, ya que los lectores, obligados a estar confinados en casa, compraron online. Esto ha supuesto un impulso  mayor en proporción de ventas para Amazon y a grandes minoristas como Walmart.

Los resultados de búsqueda o algoritmos mostraban títulos que los minoristas impulsan porque ya se están vendiendo bien. Como resultado, muchos de los libros nuevos que se lanzaron en 2020 languidecieron, ya que los minoristas se centraron en los autores y lectores de marca y gravitaron hacia los títulos más populares. Como resultado también, cerca del 98% de los libros que publicaron las editoriales en 2020 vendieron menos de 5.000 copias.

En general, los ingresos de los editores en los Estados Unidos, que se habían mantenido estables pero estancados durante gran parte de la última década, aumentaron casi un 10%.

Al igual que los grandes minoristas, las librerías independientes también se vieron inundadas de pedidos online, una tendencia bien acogida cuando sus puertas estaban cerradas. Sin embargo  muchas no estaban preparadas para tantos pedidos.

Por el contrario, para muchos de ellos  el crecimiento de las ventas online no fue suficiente. La venta de libros de fondo ha pasado a representar un 70% de las ventas cuando antes de la pandemia representaba el 50%.

Por otra parte, la pérdida de eventos tipo presentaciones o encuentros eliminó una importante fuente de ingresos para las librerías. Los eventos virtuales pueden atraer multitudes más grandes y geográficamente más diversas, y son más baratos para los editores, pero las audiencias online no tienen que comprar el libro en la tienda que hacen dicho evento virtual.

Lo cierto es que han surgido muy pocas nuevas editoriales y menos aún librerías independientes durante este año pandémico.

Sin duda, el gran ganador ha sido el comercio electrónico. Por el contrario, se  venden más libros en papel, pero cada vez menos gente visita las librerías físicas como resultado de la pandemia.

Veremos si esta tendencia vuelve a cambiar a los hábitos de antes.

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