27 julio 2006

De esta vida mentirosa

Para la familia Negromonte no existen los límites. Todo es posible y factible si ellos se lo proponen, aunque tengan que pasar por encima de lo que sea y de quien se ponga por delante. La codicia familiar exige algo tan esperpéntico como convertir su ciudad, Nápoles, en un inmenso parque temático, Eternapoli, un nuevo e inmenso paraíso del ocio, aunque sea necesario transformar iglesias y palacios históricos en hoteles, restaurantes y casinos. Se construirán trayectos fluviales aunque las condiciones del terreno no lo aconsejen. Se vaciarán los museos y se repartirán gratuitamente sus tesoros entre los influyentes del lugar, para que los tengan en sus casas o jardines y los disfruten. Naturalmente, el pueblo llano también participará en el proyecto, todos ellos serán protagonistas de este renacimiento de la antigua Roma, pues naturalmente se vestirá como entonces, tendrán las costumbres de antaño y, por supuesto, todos y cada uno de ellos tendrán trabajo en esta especie de regresión convertida en un monumental decorado repleto de originales clásicos. Sólo unos cuantos, entre trasnochados e idealistas, cuya fortaleza no es precisamente su rasgo más característico, se darán cuenta de lo grotesco de la situación e intentarán hacer algo al respecto, pero su propia debilidad y falta de iniciativa les impedirá cualquier éxito.

Escrita en clave de tragicomedia, De esta vida mentirosa (Giuseppe Montesano, 1959) nos ofrece una visión de lo que podría representar el abuso de poder en la sociedad contemporánea. La familia protagonista, en la que patriarca, hijos, nueras, nietos y demás son todos diferentes entre sí, persigue un fin común: el poder, que se antepone a cualquier lazo de sangre y a cualquier relación personal, hasta el extremo de no dudar en falsear el suicidio de un miembro de la familia si convirtiéndolo en un héroe o incluso en un santo “propio” se obtienen beneficios. Y así, mientras los Negromonte se enriquecen y ennoblecen, la pasividad del pueblo hará que todas las órdenes se acaten sin rechistar; por el contrario, con cierto júbilo. El aborregamiento de las masas y la supresión de la conciencia social se instalarán en una ciudad ficticia gobernada por una inculta familia de nuevos ricos.

Queda patente en este libro que la característica familia italiana, que tanto hemos visto en películas de Fellini, con su famoso exceso gestual y expresivo, bien puede transportarnos de la comedia a la tragedia. Con unos personajes muy diferenciados y sus relaciones entre sí, con un lenguaje cuidado y expresivo y una historia un tanto surrealista, pero no imposible, Montesano nos muestra un particular punto de vista de lo que podría ocurrir en caso de que el poder corrompa tanto que no se respete ni el propio curso de la Historia.

Giuseppe Montesano nació en Nápoles en 1959. Ha traducido a numerosos escritores franceses entre los que se encuentran Gautier, Flaubert y Baudelaire. Su primera novela fue A capofitto (1996), a la que siguió En el cuerpo de Nápoles (1999). Con De esta vida mentirosa obtuvo el prestigioso Premio Viareggio en 2003. Es profesor de filosofía y colabora con diversos medios, entre ellos el periódico Il Mattino de Nápoles.

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