Santo Diablo

Santo Diablo es una novela que utiliza los años de la República y la guerra del 36 para hablarnos de las pasiones personales, ideológicas y religiosas.  Es interesante ver como el autor utiliza los hechos históricos  más como una parábola que como una recreación precisa de esa época.

El discurso que defiende es cuestionar como las propias ideologías de un bando y otro jugaban con las vidas de las gentes. "En la historia no hay vencedores ni vencidos, que a las civilizaciones les va quemando el tiempo con sus hombres en afanes de armas y letras, con su soberbia de constructores, con su ambición de creadores, con una rabia capaz de las más crueles muertes para sus semejantes, sus obras, para el entorno natural donde se informan; y de todo ello solo resultará la gran victoriosa; la desolación de todo lo impulsado por el hombre; la fuerza invasora de todo impulsado por la naturaleza". Sin lugar a dudas es  una novela comprometida que atraerá aun cierto tipo de lectores y alejará a otros. 

A través de  un territorio mítico, Vulturno,  Ernesto Pérez Zúñiga (Madrid, 1971)  nos presenta a  un grupo de jornaleros anarquistas que preparan la revolución contra el Amo, propietario ancestral de la tierra y de los destinos de quienes la habitan.  La novela retrata sin tapujos los vicios de la clase dominante, pero también la brutalidad del pueblo.

Ernesto Pérez Zúñiga describe con maestría el amplio universo de los personajes que abarca esta novela polifónica. Cada personaje tiene una personalidad única y un lenguaje diferente y, cada vez que uno de ellos  asume el protagonismo en el novela, todo cambia: el lenguaje, el punto de vista, el discurso,  etc.  Es sorprendente como  todas las historias van apuntando hacia el mismo centro de argumentación, sin sentir que  hay un escritor detrás dirigiendo al lector.