10 mayo 2009

Piano. La historia de un Steinway de gran cola

Es probable que muchos profanos en la materia se pregunten a quién puede interesarle la historia de un piano. Personalmente, como músico profesional, y sobre todo como pianista clásico, me llamó poderosamente la atención en cuanto supe de su aparición en el mercado. Y es que un Steinway no es un piano corriente: es el piano con el que sueña todo pianista. Su sonido, su respuesta, su tacto, todo en él es especial. Y con la maravillosa particularidad de que no hay dos iguales, cada uno tiene su personalidad.

Sé, porque ya me ha ocurrido, que muchos pueden tacharnos de esnobs a los que así pensamos, pero lo hacen por puro desconocimiento. La sensación que se tiene al tocar un Steinway es completamente diferente a la de hacerlo en cualquier otro piano. Y siempre se recuerda. Es habitual entre los pianistas comentar las virtudes de ese Steinway que está en tal teatro o de ese otro que preside el escenario de aquel auditorio. Siempre se recuerdan. Y los que no pueden tocarlos no imaginan lo que se están perdiendo.

Por eso tenía un interés especial por leer este libro, y no me ha defraudado. Su autor, James Barron, ha cubierto un exhaustivo reportaje sobre la fabricación y evolución de un Steinway de gran cola, desde que no era más que un grupo de listones de madera hasta su estreno en una sala de conciertos. Y lo ha hecho con la meticulosidad de los artesanos que trabajan en la fábrica, siguiendo su ritmo, sin presiones, buscando exclusivamente la perfección. Porque si ya sabíamos que los Steinway están construidos huyendo de la producción en cadena, este libro no ha hecho sino confirmárnoslo. Todo el proceso está aquí referido, día a día, pieza a pieza, minuto a minuto. Tal es el detalle en la narración que el protagonista del relato termina por ser algo nuestro…

Inteligentemente, el libro se desarrolla a partir de unas guías que transcurren paralelamente, lo que lo hace un libro diferente, respondiendo en gran medida, qué duda cabe, al oficio periodístico de Barron. Por una parte, la referida construcción del piano. Por otra, la historia de sus constructores, desde que su fundador, el alemán Heinrich Engelhard Steinweg, llegara a Estados Unidos y americanizara su apellido para firmar sus primeros pianos hasta los actuales propietarios, con toda una interesante evolución de una saga familiar donde nunca varió la filosofía del trabajo bien hecho. Barron nos ilustra también sobre  la historia del piano como instrumento, desde aquel prototipo de Cristofori hasta lo que conocemos hoy en día, con las razones que obedecieron a cada una de las innovaciones que irían produciéndose.

Pero James Barron va más allá, e implica a los propios trabajadores de la fábrica con los que trata para la realización del libro. Cada uno de ellos nos contará sus impresiones, cómo ve su vida personal y laboral, qué supone para él formar parte de ese equipo de artesanos. Todo esto hará que nos involucremos aún más en la historia y que entendamos mejor por qué un Steinway es especial.

Además, Barron nos ofrece un interesante retrato de la ciudad de Nueva York y de su sociedad a lo largo de todos esos años, los movimientos culturales, las tendencias políticas y sociales, la economía, las ideologías, los intereses… Y todo ello con un sinfín de anécdotas de intérpretes, compositores y otros personajes del mundo de la cultura que han tenido relación con la casa Steinway.

Un libro, en definitiva, bien escrito y genialmente documentado de gran interés para los amantes de la buena música y para los admiradores de unos pianos que a veces no parecen pertenecer a este mundo.

Texto:  Iñaki Saldaña (Equipo Dosdoce)

Leave a Reply