Las bibliotecas del futuro en su contexto
Las preguntas y respuestas sobre el impacto de la tecnología en las bibliotecas, y el cambio social que ello supone, siguen siendo de gran interés dentro de este ámbito, y también debería serlo para todo el sector editorial.
Un estudio de la compañía de diseño, ingeniería y consultora Arup (implicados e proyectos para la Biblioteca Británica, el Centro Pompidou, la Biblioteca de Seattle o la Biblioteca de la Universidad de Aberdeen) señala algunas tendencias en cuanto a necesidades, cambios y oportunidades que se están dando, y se van a seguir dando, en las bibliotecas.
Como se advierte en el informe, las particularidades geográficas y los diferentes tipos de bibliotecas posibles (públicas, académicas, privadas, etc.) hacen que no haya una solución o modelo estándar que sirva en todos los casos. Se señalan, por tanto, cuatro tendencias principales según la naturaleza de cada modelo de biblioteca:
• Aprendizaje – donde se facilite el aprendizaje permanente mediante servicios y experiencias adaptadas al estilo de vida de las comunidades para las que trabajan.
• Bienestar – espacios para las comunidades locales que aseguren un acceso a la información igualitaria.
• Conservación – un modelo activo que garantice el acceso y la preservación de contenidos físicos y digitales.
• Colaborativas – espacios de toma de decisiones donde pueda haber interacción y libre acceso a la información y conocimientos más actuales.
De las 21 tendencias o necesidades que se enmarcarían dentro de estas cuatro encontramos asuntos tan vigentes como la igualdad de acceso al conocimiento a través de la concesión de licencias, o la importancia de enseñar a los usuarios finales cómo conectarse a la información que necesitan. Otras son más actuales, el impacto de los sistemas informatizados más avanzados e inteligentes, la robótica o la migración urbana. Todo, como hemos señalado, depende del contexto total de cada biblioteca.
Algunos cambios ya han comenzado, como por ejemplo la aparición de bibliotecas que ya están jugando un papel más importante en la provisión de espacios de trabajo colaborativo. Otras se están convirtiendo en centros de educación, salud, entretenimiento y trabajo. Son tendencias que, señalan, continuarán y se intensificarán en el futuro.
En cuanto a las actividades de los bibliotecarios, basadas en su labor de catalogación, selección de material y sistemas de conservación, que seguirán siendo vitales, se les va unir su capacidad de curación digital, es decir, profesionales cualificados sobre el cuándo y el cómo de los nuevos recursos y herramientas digitales que permitan unos resultados más completos y eficaces.
Por último, se señala como el contacto directo con la comunidad de usuarios va a ser fundamental para saber hacia dónde dirigirse a la hora de seguir avanzando.
Todos los datos y conclusiones en el informe ‘Las bibliotecas del futuro’.