Cómo leer de manera correcta un texto digital para estudiar
Se quiera o no, cada vez más estudiantes leen sus contenidos de estudio a través de diferentes soportes digitales, ya sea un ordenador, portátil, tabletas o incluso Smartphones.
Frente a este hecho, hay que enseñar a los alumnos a mantener una lectura profunda y sosegada como se hace con los libros en papel. La lectura superficial y rápida que muchas veces se hace de contenidos en internet se traslada a veces a otro tipo de contenidos cundo se hace en soporte digital.
Como vimos en un estudio de la Universidad de Valencia a propósito de la comparación entre lectura en pantallas y papel, apenas hay diferencias en cuanto a la comprensión de textos de un formato a otro, si bien quedó evidenciado la importancia de insistir en la alfabetización digital que incluya la lectura en sus diferentes formatos digitales para luchar precisamente contra los malos hábitos que ha creado Internet.
En un extenso artículo reciente de KQED se ahonda en esta vía con el ejemplo del profesor de la Universidad de Berkley Devin Hess que capacita a los propios profesores en estrategias de lectura profunda en el espacio digital para que luego las apliquen sus alumnos.
Hess ve en la lectura digital profunda un nuevo tipo de alfabetización, crucial para el entorno académico, así como para los estudiantes que “se convertirán en ciudadanos adultos que interactuarán con el texto digital” en su vida diaria.
La lectura digital exige más autocontrol para mantenerse enfocado en el texto, frente a distracciones y la fragmentación e hipervinculación de muchos contenidos. Según Hess, la clave para que los niños lean en profundidad en cualquier formato es hacer que se involucren con el texto de manera significativa. Esto significa enseñarles formas de descomponer un texto complejo, encontrar ideas clave, organizarlas y defenderlas.
Comenzar por leer textos algo difíciles, señalar palabras que no se entienden, resumir ideas principales del texto en pocas palabras, debatirlas con sus compañeros y dar un titular a sus ideas es una de sus estrategias. Sólo con esto ya se logra el objetivo de ralentizar la lectura. Una vez que los alumnos pueden identificar la idea principal de una lectura, la siguiente tarea es comprender el flujo de las ideas y conectar conceptos.
Resaltar o subrayar conceptos n los textos digitales con diferentes colores significativos ayuda a los alumnos a discernir entre diferentes ideas y a poder resumirlas de manera ordenada. Esto proporciona una reflexión y consolidación de la información que han seleccionado. Dado que algunos niños tienen dificultades para establecer prioridades en qué resaltar, un maestro puede limitar la cantidad de elementos para cada color.
Hess advierte que muchas de estas estrategias deben enseñarse primero utilizando un texto que no sea un estímulo cognitivo difícil para los estudiantes para que puedan aprender la estrategia de lectura y las herramientas digitales sin tener que descifrar un texto difícil. Una nueva herramienta tecnológica y un nuevo desafío de aprendizaje al mismo tiempo son una “receta para la frustración”.
Los profesores que están siguiendo este método ya están viendo mejores resultados en sus alumnos a la hora de enfrentarse a textos digitales, conocedores de que sus alumnos cada vez van a tener que trabajar más con pantallas de diferente tipo.