18 mayo 2020

Los retos de los podcasts

Microphone icon design, vector illustration, en Freepic.com

Como hemos señalada en otras ocasiones a propósito del resurgir de los podcasts, no son algo nuevo. Aún antes de iTunes estos ya existían, si bien su integración en el ecosistema de Apple, y después de Google, ha sido fundamental para su espaldarazo último.

En los Estados Unidos, el 22% de la población escucha al menos un podcast cada semana y el 51% al menos un podcast en su vida (aproximadamente 168 millones de personas).

En el Reino Unido, el 12.5% ​​ (aproximadamente 7.1 millones de personas) escuchan algún podcast semanalmente, un 58% más en los últimos dos años. Sólo durante la cuarentena la escucha en España de podcasts sobre cultura y libros han crecido un 175% y un 163% respectivamente.

Uno de los mayores indicadores de que los podcasts están ganando protagonismo es ver interés de las grandes plataformas, como Spotify en cuyos contenidos no deja de invertir.

Del usuario exclusivo de Apple se ha pasado u un usuario masivo, que  escucha lo que encuentra en diversas apps y plataformas, sobre todo gratuitas. Una audiencia, que, según señala Miranda Sawyer en un artículo en The Guardian, aún está sin explotar debidamente.

Por ejemplo, los oyentes menores de 35 años usan YouTube más que cualquier otra plataforma para oír podcasts.  Ahí hay también Youtubers famosos del podcasting (algunos de ellos también probando plataformas de podcasts fuera de YouTube). Es una audiencia que los podcasts están perdiendo.

Quizá uno de los problemas, señala el artículo que mencionamos, es que no hay muchas apps perfectas o de pura producción de estos contenidos. La mayoría alojan lo que hacen otros, como Podinstall, sólo algunas comienzan a introducir contenido exclusivo, es el caso de Majelan, por ejemplo.

Parece que hay cierta reticencia por parte de los medios a invertir seriamente en estos contenidos de manera propia, como marca. El en Reino Unido, la BBC está perdiendo su dominio en el audio, al menos entre los jóvenes, en favor de plataformas que se adaptan a sus gustos.

Las iniciativas más novedosas aún no tienen cabida en los medios más tradicionales. Por falta de interés o por inversión. Quizá que su proceso creativo sea sencillo en vez de ayudar se pone en contra, ya que entonces son otros los que dan el paso, de manera individual, como muchos periodistas.

Son los veteranos, anónimos en muchos casos, los que están haciendo grandes a los podcasts, como pasó con los YouTubers. Como en la plataforma de vídeo, el nicho manda, y los anónimos van por delante de las personas con mayor reconocimiento en su campo: periodismo, cantantes, etc.

Los medios están perdiendo una oportunidad de tener también su parte de protagonismo.

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