#PublishingPaidMe ¿#Cuántotepagatueditorial?
Las protestas raciales han sacado a la luz un problema endémico del sector editorial que va más allá de razas.
En un artículo de Maris Kreizman en Los Angeles Times a propósito del reciente hashtag de Twitter #PublishingPaidMe, se recuerda las deficiencias en cuanto a los sueldos, la opacidad sobre los ingresos por derechos de autor, sobre adelantos, etc.
Como decimos, aunque se parte de las diferencias raciales, un problema que lógicamente atañe más al mercado estadounidense en este sentido (los autores negros o hispanos al parecer cobran menos que los blancos), el problema se extiende a los diferentes géneros literarios, y a las diferencias entre hombres y mujeres.
Aunque lo deseable siempre es que prevalezca el valor literario, y sobre este se aplique un valor monetario, todavía hay diferencias que tienen que ver con estos asuntos que mencionamos.
Si, por ejemplo, un autor hispano y uno blanco escriben sobre un mismo tema, y lo hacen igual de bien, deberían cobrar lo mismo. Poco importa el color de la piel. Lo mismo en cuanto a mujeres y hombres.
Naturalmente no todos los autores representan lo mismo para una editorial, pero al final lo que cuenta son las ventas.
Es cierto que cuando las editoriales de dejan llevar por modas –por ejemplo toda la ingente cantidad de obras editadas a raíz del éxito de 50 sombras de Grey o Los hombres que no amaban a las mujeres-, sobre todo en grandes editoriales, acaban teniendo prevalencia sobre otros autores, posiblemente mejores pero que aun así van a vender menos, por lo que son de “mayor riesgo”. Esto se traduce, claro, en ingresos de adelanto inferiores.
Por otra parte, los escritores “de género”, como adelantábamos, tienden a obtener avances aún más bajos que otros autores más generalistas, al margen de las ventas. Obviamente, no se puede generalizar.
Al final todo es cuestión de cálculo. Y si se calcula mal con una apuesta de bestseller pagando unos adelantos desmesurados es posible que el error lo paguen otros autores.
Todo se basa en suposiciones subjetivas, claro. Pero los malos cálculos es muy posible que afecten también a otras secciones de la editorial en lo que a pérdidas se refiere.
Por tanto, lo que finalmente ha subido también a la palestra este hashtag es los bajos sueldos pagados en el sector, y que va más allá también de problemas de autores. Se refiere a correctores, lectores, editores de mesa, marketing, traductores, etc. En este caso, sí se podría generalizar.
Como se dice en el artículo, la industria pierde muchos empleados por sus bajos sueldos (y ahora debido a la actual crisis el problema se agrava cada día más).
Empleados, además, que son especialistas en sus diferentes áreas y que pueden terminar trabajando en otros sectores porque el suyo, el editorial, para el que se han formado, no les tiene lo suficientemente en cuenta.
Esto al final revierte negativamente sobre el valor de las editoriales.