Entrega de libros con drones, ¿cada vez más cerca?

Image de Gerd Altmann en Pixabay
El pasado mes de enero, Amazon se vio obligada a suspender su programa de entrega de paquetes, que se estaba probando en los estados de Texas y Arizona.
La causa fue los fallos en los sensores de altitud de los drones. La presencia de polvo en el aire podía alterar enormemente sus capacidades, alterando a su vez la información sobre su posición con respecto al suelo.
Aunque según compañía de Bezos nunca han llegado a experimentar ningún problema de seguridad real, se vio obligada a cerrar temporalmente sus operaciones para realizar algunas actualizaciones. Tras la luz verde de la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos (FAA), las entregas se han reanudado en los últimos días.
Como es natural, la seguridad en estos casos es muy importante. Las actualizaciones que han hecho para evitar este tipo de fallos o errores similares ya están completas y aprobadas por la FAA. Ahora presumen de tener un gran nivel de eficiencia pudiendo hacer entregas incluso en 31 minutos y 30 segundos, aseguran desde la compañía.
Amazon lleva trabajando unos diez años en la entrega de paquetería mediante drones. El proyecto ha sufrido algunos contratiempos, incluidos varios bloqueos. La compañía señala que esto es parte de una fase de prueba que tiene como objetivo llevar los drones “más allá de sus límites”.
Como cualquier servicio, tiene su contratiempo, como por ejemplo los que señalan algunos vecinos, quienes se han quejado de la contaminación acústica provocada por el ruido emitido por los drones.
Sin embargo, estos desafíos y problemas no obstaculizan las ambiciones de Amazon. La compañía planea entregar más de 500 millones de paquetes por año mediante drones para finales de la década. Aunque no se especifica el número de drones puestos en servicio, esta cifra indica perspectivas que podrían cambiar el panorama de las entregas.
Estas ambiciones no son nuevas. Se trata, como en otros casos, especialmente en Estados Unidos, en una batalla con China. El gigante asiático ya lleva tiempo con este tipo de prácticas.
Durante los tiempos de confinamiento vimos que el mundo del libro se adaptaba a las circunstancias y hacía uso de los drones para seguir haciendo que los libros llegaran a sus destinatarios, sobre todo en bibliotecas.
¿Veremos finalmente pronto cómo librerías y bibliotecas de todo el mundo terminan entregando sus libros a través de drones? ¿Lo harán sólo en casos excepcionales como impedimento o distancia?
Suponemos que habrá mucho que regularizar porque de otro modo el cielo de las ciudades se podría convertir en un caos y ruido añadido difícil de combinar la sostenibilidad a la que hoy aspiran sobre todo las grandes urbes.